1º LEY DE LA NUTRICIÓN: LA NUTRICIÓN ES DEVOCIÓN

La nutrición no es sólo la suma de los nutrientes que ingerimos. Es vida, es energía y es satisfacción vital.

Te voy a contar por qué:

  • Por un lado no es lo mismo COMER, ALIMENTARSE Y NUTRIRSE. Tu puedes tener una buena alimentación desde el punto de vista de los nutrientes, pero si tu organismo se encuentra en LUCHA (restricción, miedo a las calorías o a los carbohidratos…), INFLAMADO (estrés) o con una alteración de la MICROBIOTA (disbiosis) todos ellos factores cruciales para la ABSORCIÓN de los nutrientes que llegan, esos nutrientes  no serán absorbidos correctamente por lo que, no cumplirán sus funciones en tu organismo.
  • Por otro lado, el hecho de REDUCIR la nutrición y su impacto vital a un conjunto de calorías y nutrientes, es sumamente simplista y limitado (es lo que se conoce como nutricionismo). Por eso creo firmemente en abordar la nutrición desde un enfoque integrativo y EXPANSIVO de nuestro cuerpo, mente, emociones y energía.

Tener en cuenta todo lo que implica NUTRIRSE con mayúsculas y de forma holística: desde la matriz del alimento, su código nutricional y energético (la frecuencia energética de los alimentos vivos), la unión a la tierra que nos rodea, la pertenencia social a la tribu en el acto de comer, el impacto psicoemocional, el hedonismo, el estímulo, la tradición, la gastronomía, la herencia, la identidad, la cultura, el placer…Todo eso forma parte de la nutrición.. Esto es la nutrición como devoción, la nutrición EXPANSIVA.

Para aprovechar por tanto todas las bondades y enriquecimiento holístico que supone nutrirse desde el cuerpo hasta el alma, debemos tener en cuenta y alinear desde la parte más física (buen aporte e integración de los ladrillos para poder construir con ellos nuestro templo) hasta la parte más emocional y espiritual que guarda relación con nuestra sensación de plenitud y autoconsciencia.

 

 

Cómo trabajar cuerpo-mente en equilibrio para esta nutrición expansiva:

  • Nuestro «terreno» INTERIOR: Nuestro cuerpo, organismo y homeostasis interna. Necesitamos un sistema digestivo competente que realice bien sus funciones de digestión (estómago) y absorción de nutrientes (intestino) y una microbiota capaz de regular el sistema nervioso e inmune que se encuentran alojados en el intestino, así como la correcta producción de neurotransmisores, vitaminas y compuestos antiinflamatorios que dependen de ella. Sin un sistema endocrino (hormonal) y digestivo funcionales, no podremos gestionar y optimizar los nutrientes y la energía que ingerimos.
  • Nuestro entorno EXTERIOR: todo aquello que nos rodea y que forma parte de nuestra rutina puede ser absorbido por nosotros (y “nutrir y aportar” o “desnutrir y drenar”) y tener impacto tanto en nuestro estado físico, como psicoemocional como energético. De este terreno exterior del que nos alimentamos forman parte las personas, las relaciones, los hábitos que practicamos, la naturaleza, el entorno de trabajo, lo que leemos, lo que escuchamos, cómo y con quien nos comunicamos, el estrés…todo es fácilmente absorbible por nuestro sistema nervioso y si no tenemos bien delimitados nuestra “entrada” podemos ser excesivamente “permeables”, absorbiendo elementos que quizás no nos nutren y enriquecen, sino que bajan nuestra vibración y frecuencia energética.
  • Conectar con el PLACER: la parte clave de una nutrición saludable y expansiva, hace referencia precisamente al disfrute. Caer en el mecanismo de ver la comida sólo como combustible, o como un conjunto de calorías (que debo quemar) por muy saludable que sea desde el punto de vista nutricional, es volver a entrar en la jaula del miedo, la escasez y la restricción. Vista de esta manera, la alimentación si, nos saciará, si, nos dará energía para cumplir funciones (y no siempre la mejor), pero viviremos en un estado de ensombrecimiento a “medio gas” donde uno  de los placeres más salvaje, primitiva y ancestralmente ligado a nuestro sistema nervioso y emociones, está constreñido, anudado, enjaulado. Vivir la vida de ser humano de forma plena, conlleva vernos como lo que somos, seres innegablemente bio-psico-sociales, donde lo físico, lo hedónico, lo social, lo emocional y lo espiritual van de la mano, donde restringir una parte desde el miedo, puede dañar otras y romper nuestra armonía vital.

Cuidar todo lo que nos rodea y está instalado en nuestro día a día (y hacer una revisión cuando sentimos que “algo” no nos está haciendo bien y escuchar en esto a nuestra intuición) es tan importante como cuidar los alimentos que introducimos en nuestra casa y que forman nuestra alimentación.

Se trata de cuidar la nutrición de forma integrativa, ya que si lo hacemos, sus beneficios nos ayudaran a conectarnos y expandirnos desde dentro hacia fuera.

Nutriendo bien el cuerpo, Alimentando bien el alma y Llenando bien el corazón. La nutrición como devoción que llena de placer y bienestar cuando comes alimentos y cocinas para tus seres queridos o para ti misma